Gloria

En el transcurso del tiempo, he escrito infinidad de ocasiones sobre personas; algunas de forma directa y otras indirectamente. También se han elaborado posts, donde se plasman sentimientos que me fueron transmitidos por terceras personas.

Este post es especial por dos cosas, la primera, no fue escrito de una sola sentada, ha estado modificándose en más de tres ocasiones y la segunda es por el hecho de dirigirse a una de las personas que más influencia han puesto en mi vida adulta.

Sin ser un guía espiritual ni mucho menos, Gloria ha demostrado sobre todas las cosas: Valor. Un valor para enfrentar adversidades que a muchos de nosotros nos hubieran vencido o por lo menos doblegado, pero a ella, la golpean y se levanta, con una terquedad que es admirable. Hay razones, que le permiten tener esa visión. Los hijos siempre son un aliciente, sin embargo, estoy seguro que pocos hemos hecho tanto y soportado tanto como mi amiga Gloria.

Aunque llamarla sólo amiga es complejo, siempre he sentido que es algo más allá, quizás no haya una definición, quizás no exista, por eso es tan difícil el encontrar el término adecuado para nombrarla.

En una noche fría, ella aparece con su calor, en el verano infernal de Hermosillo, ella refresca con su presencia, en los problemas, ella trata siempre de ayudar, sea quien sea, eso no importa. Incluso a la gente que le ha complicado la vida, ella continua ayudando, a veces fuera de toda lógica. A veces incluso, podríamos tacharla de tonta, sólo por usar un término de consideración. Porque todos, o la gran mayoría, jamás ayudaríamos a quien nos ha hecho mal. Pues ella si y todavía se atreve a sonreír.

Y no estoy hablando sólo de lo material, que eso viene y va, hablo de presencia, de apoyo, de estar ahí. De eso que es lo importante en momentos complicados. Esa es Gloria.

Pero no quiero centrar mis palabras en este punto, hay más, no sé si es correcto, pero igual lo quiero compartir como lección para Ustedes y para mí.

Para Gloria las cosas no han sido sencillas, han pasado casi todas las calamidades que un ser humano puede padecer, en este punto, les dejo a Ustedes y su imaginación de que estoy hablando, ya que no quiero ser específico en este sentido. Pero una persona que haya vivido una cuarta parte de lo que le ha pasado a esta mujer, o estaría loca o bien sería alguien que la vida no representaría ningún sentido para continuar. He ahí lo interesante y lo apasionante de la historia de Gloria, quien pese a todo, ha continuado, quien cuando titubea y se cae, aunque le duela, aunque sangre, aunque su cuerpo y su alma, digan, ya, déjalo así, ella, simplemente se levanta de nuevo. Esa lección que he aprendido de ella, es digna de consideración y de aplauso.

El ejemplo y la humildad con que se maneja nos deja valores simples, llanos, básicos, que sin lugar a dudas nos darían un mejor lugar para vivir si tan sólo fuésemos un poco más humanos. Y cuando llego a la palabra humano, cuando la humanidad se representa en el compartir, es cuando caigo en cuenta que tan importante es inculcar en nuestras nuevas generaciones los conceptos básicos de lo que la humanidad representa. Si bien es cierto que en mi edad adulta, la religión me decepcionó, también es una gran verdad que vivir mi niñez y mi adolescencia bajo los principios morales de la iglesia hicieron en mí, lo que ahora soy. Si bien es cierto que no puedo ponerme de ejemplo, lo que si es verdad es que ese aprendizaje formo mi escala de valores actual, que es la que me guía y me mantiene dentro del "buen camino", claro sin exagerar en este punto. Pero no quiero hablar de mí, sino de Gloria.

No es, ni se acerca a la perfección, como les dije, es un ser humano ejemplar, pero tiene sus bemoles. Su caracter se ha endurecido y hasta cierto punto es lógico, sin embargo es capaz de la ternura más infinita si el caso lo amerita, pero no crean que no se doblega su temperamento. Es sumamente difícil convivir con ella, la mayoría de las personas la etiquetan equivocadamente, porque no la conocen en realidad, la causa quizás sea ella misma que no permite que vean en su interior y se disfraza con un caparazón que le permite simplificarse ante los demás. Para encontrar un tesoro es necesario paciencia y poder leer el mapa. Así es conocer a Gloria.

Para mí, es un honor compartir tiempo con Gloria, aunque muchas veces no le entiendo, no comprendo sus complicados códigos, ella y yo tenemos un lenguaje que no necesita de palabras. Nada que un abrazo no pueda decir todo. Y sé y tengo conciencia de que la vida es compleja, pero el reconocer lo que ella a superado y en comparación, no tengo nada que decir.

Me llevo en el aire su perseverancia, su extraña manera de dar cariño, su apatía hacia lo convencional, su complicada lógica sobre las cosas, su no querer decir las cosas, su mirada perdida en horizontes caóticos que son barreras impenetrables para el resto del mundo, su desinterés por las noticias, por la tecnología, por todo lo que represente el mundo actual y sus contradicciones. Por todo esto que no es nada de lo que es.

Gloria, simplemente gracias, por ser, por estar y por permitirme ser y estar contigo.