Lentamente se fue el jueves santo, llegamos al viernes y de igual manera se desvanece pausadamente, aunque esto es sólo una percepción erronea ya que el tiempo es imposible pausarlo.
Apenas es mediodia y resta una tarde que promete ser aterradoramente lenta.
Dedicaré unos momentos a la meditación, trabajaré un poco, veré a mis padres y a mi hermano y su familia.
Trataré de acelerar el tiempo, o la sensación del mismo, para que llegue el sábado con su regreso a la realidad.
Mañana será otro día. (que profundo ando...)
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