sábado, abril 28, 2007

Aníbal Pérez Rocha

Corría el año de 1988, estaba entrando en la adultez y por coincidencias del destino me inscribí en un curso taller de locución, que se impartió en las instalaciones de Radio Sonora por una de las mejores voces de la radio en Sonora, Ana Luisa Pacheco Gracia.
En ese grupo que se formó, conocí a muchas personas interesantes. Era un grupo realmente muy heterogeneo, doctores, estudiantes, secretarias, maestros, locutores, etc. Todos eran sobresalientes, era una característica de la mayoría de los que ahí coincidiamos. Pero de manera rápida entable amistad, con un muchacho que era fotógrafo, con un gran carisma innato y una creatividad desbordante. Las cosas en común no eran en realidad muchas, pero el tiempo tenía trazada una línea donde nos haría converger una y muchas veces.
Una vez terminado el curso, las reuniones de efervecencia que pretenden compactar al grupo y mantener los lazos, no dieron frutos, sólo 4 o 5 personas nos reuníamos, de ahí poco a poco, cada reunión posterior fuimos menos, hasta que esas "juntadas" para tomarnos unas cervezas desaparecieron.
Sin embargo, ya estaba marcado un rumbo y en los meses subsecuentes, de alguna manera seguiamos en contacto, este fotógrafo y un servidor. Poco tiempo después entra a formar parte de un proyecto juvenil en Telemax, ahí aprende de la vieja escuela de producción televisiva, el arte de la dirección, edición, post producción y alguna que otra maña de la gente que vive apasionadamente la televisión. En esta época memorable, coincidimos en dos o tres ocasiones para compartir experiencias profesionales, apoyándole como actor y con algunos audios, ya que en ese entonces me integré a una de las más prestigiadas radiodifusoras de la ciudad, la XEPB.
En esa cabina de transmisión, compartimos momentos de creatividad y algunos absurdos, pero que nos alimentaban el espíritu. Y hablando de espíritus, creo que nunca olvidaremos el susto que nos dio uno, precisamente en la cabina de la PB.
El tiempo siguió su curso, pasaron la promoción de Víctimas, un grupo que apoyó con todo, para sacarlos a la luz pública con un éxito inédito en la historia de las bandas locales, intentos de grabación que fueron un verdadero "acto de desesperación" y después el éxito compartiéndolo y haciendome sentir parte de su familia, su madre que es el pilar desde donde toma su fortaleza y su hermano que viene a ser algo así como el soporte y de alguna forma alguien a quien protejer y querer (de ahí aprendí a valorar a mis hermanos).
Vino el trabajo en una agencia de publicidad en el departamento de televisión, desde donde me llamó para integrarme, el tiempo que trabajamos juntos, hasta el momento es de un aprendizaje increíble en todos los sentidos. A este muchacho rubio, con una sonrisa siempre en su rostro, le debo que me haya mostrado que mi pasión por la comunicación radiofónica, tenía otras formas de expresión hacia el video.
Vinieron en ese tiempo, el reconocimiento de la Cineteca Nacional a una producción de un viedeoclip y el orgullo estaba compartido. Pasaron los años y no sé en que punto nos hicimos compadres (en realidad sí sé en que punto, pero se escucha como poético), cada cual tomo su camino, me casé, de vez en cuando nos encontrabamos y siempre la promesa de reunirnos.
Por una recomendación de él, entré a trabajar al H. Ayuntamiento de Hermosillo, por él conocí una nueva forma de hacer política, desde un partido diferente al cual yo había conocido y visto sus horrores de manejar el gobierno. Después de participar en algunas campañas juntos, las cosas no nos salieron como lo habíamos planeado y el destino nos llevó por otras rutas de nuevo disímbolas. Sin embargo en el tiempo sin saber uno del otro, siempre sé que ahí está, eso es lo maravilloso de esto.
Puede no haber podido por razones sin justificación, seguir el crecimiento de mi pequeña Gladys, que es ya toda una señorita (estoy viejo). Verla es sentir como si se hubieran perdido momentos increíbles para compartir.
De unos meses para acá, nos hemos encontrado y aún las agendas no nos han permitido coincidir para poder darle honor a esas cervezas pendientes (que igual puede ser otra bebida, el pretexto es lo importante). Y en esta semana que pasó donde celebró mi amigo su cumpleaños, nuevamente me fue imposible llegar hasta él y darle un abrazo que de tan grande que está no me cabe en mis brazos.
Escribir esto es decirte compadre, que siempre has sido una de mis personas favoritas, que ha pesar de todo y quizás por todo lo que pasa, la amistad se ha fortalecido.
Mi muy querido amigo (si, te quiero...) espero que esta celebración sea el inicio de la mejor parte de su vida. El reto es grande viendo todo lo que has vivido. Sinceramente te deseo lo mejor del mundo para ti y para toda tu familia.
Dios te bendiga siempre.
Un abrazo absoluto.
Tu che compadre.
Alberto Moreno
P.D. Escribir todo lo que hemos vivido sería un libro, es realmente imposible. Pero a grandes rasgos, esa es la historia, bueno, parte de ella.

1 comentario:

Venus dijo...

Me encanta cuando escribes con tanta pasión y gusto de las personas, de las anécdotas (a grandes razgos) que pasaste con ellas y sobre todo con la calidez y transparencia de tus palabras para describir como de una u otra forma de ayudaron a crecer más en cualquier ámbito de tu vida.

p.d. Aun sin conocer a tu compadre espero haya pasado un muy buen feliz cumpleaños y en algún brindis, a traves de la distancia, se hayan recordado mutuamente aunque sea un instante.

Cheers !