Hoy por la mañana tocaron a mi puerta, era una muchacha muy guapa y un muchacho, ambos traían batas de enfermeros y la clasica hielerita. Inmediatamente se identificaron y me dijeron que andaban en la campaña de vacunación contra el sarampión y rubéola, que dicha vacuna era indiscriminada (o sea que a todo mundo se la ponían) y que si podían aplicarmela.
Con todo el pavor que tengo hacia las agujas, no podía negarme ante la belleza de esta enfermera ni de los argumentos emitidos, así que les invité a pasar a mi casa y rápidamente ya estaban preparando la jeriga con una agujota. El muchacho se sonrío y me dijo desvistete, me le quedé viendo con cara de ¿Perdón?, en realidad me pidió que descubriera mi brazo izquierdo. Me quité mi camisa (afortunadamente traía una camisa sin mangas debajo, sino, imagínense el impacto de mi abdomen fuertemente trabajando en el gimnasio les hubiera distraído, sobre todo a la enfermera bonita), no bien había quitado mi camisa, ya estaba este enfermero insertando la aguja, debo confesar que me dolio un poco, pero la enfermera con preciosos ojos negros me miraba fijamente y aparte me decía que no parecía de 37 sino que ella me calculó 29... pues creo que me enamoré. Ya en serio, les dije que les agradecía el andar en la campaña, ellos simplemente contestaron que estaban haciendo su trabajo.
Pues bien, hoy me convertí en un sonorense vacunado contra sarampión y rubéola, más vale, ¿No creen?
Y tú, ¿ya te vacunaste?
2 comentarios:
jajajjaja... si, hace mes y medio, sólo que en mi caso me converti en una chihuahuense nacionalizada sonorense vacunada contra el sarampion, la rubeola y quien sabe que otras cosas más jajajaja
sr moreno , solo estoy contestando por contestar todo lo que usted escribe, por ser amigo rollero mio, hasta llegue a idealizarlo tanto, pero ya te cambie por deppak chopra, y respecto tu humor, esta fantastico, y me rei mucho, sigue asi viejo amigo
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