Dime lo que quiero escuchar

Esto te lo escribo a ti y a tus ojos negros, que profundos me ven sin verme.

Como perdido en el tiempo, de tantos días perdidos,
en la insuficiencia del conocimiento pleno, ahí estas,
escondida en un rincón donde en tres cuartos perfilas
y tu sonrisa se esconde entre números que enlistas.

Estas y no, con una insuperable manera de estar,
donde te plantas en tu trono de reina indiscutible,
ahí paso y te admiro en segundos que son eternos,
y ese tiempo es mío y te capturo y te vivo y te siento.

Ahí, en ese espacio que quisiera deshacer para llevarte,
para elevarte al cielo, para simplemente conocer tu vuelo,
palpar tus manos, sentir tu sonrisa y congelarte entera,
para disponer de lapsos de inmutable complicidad.

Así te sueño, todos los días que son mis días, así te veo,
aun cuando no te vea, porque vives en mis ojos,
porque respiro de tu aire, porque te sé de memoria,
porque quisiera que tuviera la señal que me dijera...

Que me dijera, lo que quiero escuchar...