El concepto de ir más allá al momento de vivir la vida, no es algo nuevo. Filósofos, historiadores, pensadores, artistas, políticos, inventores, genios, entre tantos otros que nos han legado eso que se denomina conocimiento, han estado siempre en la búsqueda de los significados reales de la vida, desde diferentes frentes de investigación.
Los complejos sistemas de pensamiento, las reacciones del ser humano ante estímulos, los cambios sociales, la civilización y modernización de las agrupaciones humanas y un enorme etcétera, han dado al hombre las claves para una vida más plena y feliz.
Sin embargo, la infelicidad es cada vez un síntoma más común entre la gente. La misma evolución social nos ha llevado a pensar que ser feliz es algo extraordinario y que muy pocas personas lo logran. Por ello, nos conformamos con estar bien, así a secas o cuando mucho, ser felices a veces.
Creo, porque así lo he venido experimentando, que la felicidad es un estado de ánimo que es posible alimentar a cada momento. Cada acción representa una oportunidad de ser felices. Es necesario sin embargo, cumplir ciertas condiciones para que esto se convierta en un hábito. Sí, es cuestión de práctica. De poder hacer cotidiano el sentirnos bien y no sentirnos mal por estar felices.
Es común también el autosabotearnos en nuestra búsqueda de la felicidad, porque va en contra de lo que nos han y hemos programado en nuestro cerebro. Tenemos que empezar como un nuevo conocimiento, una nueva manera de vivir todo lo que nos pasa y correlacionarlas con la felicidad. Suena simple, pero requiere un poco de esfuerzo y sobre todo de entusiasmo.
Hagamos la prueba. Estoy convencido que será para todos una experiencia para toda la vida.
Los complejos sistemas de pensamiento, las reacciones del ser humano ante estímulos, los cambios sociales, la civilización y modernización de las agrupaciones humanas y un enorme etcétera, han dado al hombre las claves para una vida más plena y feliz.
Sin embargo, la infelicidad es cada vez un síntoma más común entre la gente. La misma evolución social nos ha llevado a pensar que ser feliz es algo extraordinario y que muy pocas personas lo logran. Por ello, nos conformamos con estar bien, así a secas o cuando mucho, ser felices a veces.
Creo, porque así lo he venido experimentando, que la felicidad es un estado de ánimo que es posible alimentar a cada momento. Cada acción representa una oportunidad de ser felices. Es necesario sin embargo, cumplir ciertas condiciones para que esto se convierta en un hábito. Sí, es cuestión de práctica. De poder hacer cotidiano el sentirnos bien y no sentirnos mal por estar felices.
Es común también el autosabotearnos en nuestra búsqueda de la felicidad, porque va en contra de lo que nos han y hemos programado en nuestro cerebro. Tenemos que empezar como un nuevo conocimiento, una nueva manera de vivir todo lo que nos pasa y correlacionarlas con la felicidad. Suena simple, pero requiere un poco de esfuerzo y sobre todo de entusiasmo.
Hagamos la prueba. Estoy convencido que será para todos una experiencia para toda la vida.
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