Encontrarte la tarde de ayer, absorta en tu oficina, trabajando como siempre y voltear a verme con tus preciosos ojos negros, acompañados de tu sincera sonrisa fue para mí, un bálsamo en la vorágine de mi día.
Acercarme lentamente a tí y saludarte suavemente con un beso en la mejilla, como preludio de un beso de tus labios, tan cerca... tan lejos...
Respirar tu espacio vital y formar en un instante un sólo espacio me maravilla.
Sonrío y te atrapo, para que tu perfume se venga conmigo y no se evapore de mi memoria, donde te traigo conmigo y en mis entrañas y en mis sueños y en mis anhelos.
1 comentario:
Yo al verte llegar, al verte acercar a mí imagine ese beso cálido, ardiente... pero reaccione al instante, no podía besarte como quería, había demasiada gente a nuestro alrededor, así que me conforme con ese beso en la mejilla que nos envolvio, nos atrapo y a la vez nos incito a vernos después, esperando que ese preludio sea una culminación de nuestros anhelos.
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