lunes, julio 07, 2008

Tú, el mar y yo

Es tarde, tu sonrisa ya dejó de sonar y la oscuridad de la noche le ganó al brillo de tus ojos. Has dejado tu cigarrillo quien sabe donde y tus palabras se confunden con las olas, que a lo lejos nos recuerda que estamos en el mar.

Hace tan solo unas horas que nos perdimos en nuestros cuerpos, en un lenguaje que creíamos conocer y ahora nos parece todo nuevo. No necesitamos más de palabras e incluso en la oscuridad puedo leer tu piel y tu te entretienes en mi cabello, haciendo remolinos inconclusos e irrepetibles.

Puedo sentir tus latidos, puedo palpar tu sentir. Atrapo tus labios o ellos me atrapan a mí. Todo el universo se detiene y el slow motion inicia su camino hacia el lugar donde volví a nacer, en ti.

Te atrapo y nos enredamos en una fusión intrínseca. Nada existe, no hay luz, no hay sombras, no hay nada que no sea nosotros dos, uno solo.

Te amo.

Y como siempre la oscuridad total me hace abrir más mis ojos, en la búsqueda de ti y de tu perfume. Estoy solo, en mi habitación, que me encierra y me recuerda burlona que no estás, que no existes, tan sólo en mis sueños, donde nos amamos... una y otra vez... una y mil veces.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese mar que tanto nos esperò... Linda nrraciòn, esa pluma va viento en popa. Besos.Muchos.

DTC