miércoles, abril 08, 2009

Insomnio

Pualina se desesperaba en su cama, el insomnio se apoderó de ella, casi sin darse cuenta. Paulatinamente cada noche se agregaba un poco más de tiempo a conciliar el sueño. Hoy, era más el tiempo en intentar dormir que las horas de sueño.

La preocupación por no poder dormir, era un añadido a su vano esfuerzo de descansar. Todo lo que había intentado había también fracasado: los tés, la leche tibia, cenar lechuga, hacer ejercicio por la noche, medicamentos e incluso todos los remedios caseros habidos y por haber, nada hacía efecto.

Era el octavo mes, desde donde recordaba. Las ojeras vibraban en su rostro, las sentía, la pesadez de esa noche era realmente diferente. Miles de pensamientos se cruzaban sin ningún orden en su mente. Algo, en definitiva no era normal, incluso para su insomnio.

De pronto, llegó, era una paz enorme, una luz intensa pero llena de voluptuosidad, toda ella era luz, fue un instante que se fue apagando lentamente, lentísimamente. El fade out era de una naturaleza desconocida, pero a la vez tan familiar, tan esperado. Todo se oscureció y también todas las preocupaciones se desvanecieron. Durmió, durmió como nunca. Pasaron más de tres días donde no se enteró de nada. Simplemente después de ese tiempo, abrió los ojos y supo que el insomnio se había ido y con él, todas las preocupaciones, todo lo que le impedía ser feliz. Se levantó de la cama, sin saber que el mundo entero había cambiado durante su sueño. Ahora todo era diferente. Era un nuevo comienzo, una nueva vida había comenzado.

No hay comentarios.: