Avanza el sol en su trayectoria con breves modificaciones diarias, imperceptibles. Todo es luz, calor, cotidianidad... hasta el preciso instante en donde decide finalizar el día. Es en este punto mágico que los colores se convierten en todo un regalo para disipar cualquier emoción negativa. Es ahí, donde decido apartar todo de mis pensamientos y me regalo este momento, para cultivar mi capacidad de asombro.
Los colores se disparan en un espectáculo único e irrepetible. Sonrío y soy feliz.
Agradezco a Dios por esta bella imagen que es arte vivo de las manos de nuestro creador.
3 comentarios:
gracias por compartirla
realmente bella
Recuerda que el "ocaso también es luz"
Un abrazo y que estes bién junto a tus mujeres.
PD1, te debo un post
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