soy feliz

Volver de rutinas grises o luminosas, día a día, arrastrando un bagaje cada vez más pesado y caótico, vislumbrar en el horizonte días mejores que se dilatan en llegar y al hacerlo lo hacen rápido... y se van.

En una sucesión de cosas que me llevan a encerrarme en recuerdos, en pensamientos cíclicos que me devuelven invariablemente al punto de partida, al inicio. En esas anda mi vida, en eso transcurre mi tiempo, aderezado con momentos memorables, otros desagradables, algunos más simplemente ocurren y, eso si, muchos retos por vencer.

En este devenir de mi existencia, me he topado con una alegría que de ser remota, se ha convertido en inmediatez. Que en la alegría de saberle me ha transformado mi sonrisa en constante.

No han importado los espacios vacíos que existen, todo se ha conjugado en un sólo tiempo que no otorga ningún tipo de espera, ni dilación. Todo es instantáneo, es magia.

Si me hubieran contado de que esto es posible, no lo hubiera creído, de hecho en análisis a conciencia de este fenómeno me dice con toda claridad que es sólo un efecto de la acumulación de estímulos, que nada tiene que ver con los sentimientos, sin embargo, la realidad virtual es sumamente tangible, tanto que me sorprende la cantidad y la calidad de emociones que se pueden transmitir. Es un hecho que todo puede ser una especie de sugestión y que en realidad se está bloqueando parte importante del sentido común, pero a quien le importa realmente.

Esto me ha devuelto la sonrisa, me ha hecho emocionarme y creer de nuevo -con renovada capacidad de asombro-, tan sólo me queda seguir sonriendo y ceder ante esta ola de impulsos emocionales que me llevan de la mano hacia algo, definitivamente mejor.

Soy feliz.