jueves, diciembre 21, 2006

Elección

Y ahora a determinar que camino me conducirá, porque aparentemente todos me llevan...
Después de este maremoto de emociones que me sacuden, que me envian en una espiral succionando mis sentimientos, después de haber entendido el sentido de la vida, súbitamente me devuelvo a lo más básico que soy, a la simplicidad absoluta, donde todo es dolor, donde la sensación de algo que carcomía cada una de las celulas de mi adolorido cuerpo me persigue cada segundo, es casi una agonía... o más bien, una muerte, pero una muerte distinta, una muerte que me devuelve el dolor de la vida, ese que acompaña a cada madre en el alumbramiento, ese al cual un Dios cruel impuso como castigo por un pecado original.
Y ahora en esta encrucijada es momento de elección, la dirección que tomen mis pasos me conducirán a una circunstancia inevitable, pero ¿Debo de elegir lo que mi razón dicta o lo que mi corazón me grita desgarradoramente?
Todo esto es una constante, cuando el amor realmente no lo es... aunque en teoría debe de serlo. Ya no hay marcha atrás y si la hubiese estoy más que seguro que recorrería el mismo camino. Ahogo en lo más profundo de la memoria del corazón -esa donde se guarda lo más querido- primeramente tu nombre, que seguramente de tanto pensarlo y pronunciarlo se ha gastado, el eco que produce tu voz, la reberverancia de tu cabello, el contorno de la sombra de tu cuerpo proyectada en mi, tu sonrisa que iluminaba todos los lugares que juntos hicimos nuestros, los besos que nunca, ni por curiosidad llegaron a ser, tu risa que convertí en alimento para mi espíritu, la intimidad que tanto anhelé, la brillantez de tu pensamiento, puro, honesto, transparente, la calidez de tu piel, la ternura de tus manos, tus dedos, la ansiedad irreprimida en tus piernas... Todo lo mando al baúl, que se niega a cerrar, quedando rebozante de ti... de ti.
Mi elección eres tú, pero ya no más aquí, camino hacia mis sueños, ya no puedo estar detenido, aferrado, te elijo y te llevo guardada, agazapada, debajo de mi piel, donde tu presencia no me siga lacerando, donde el amor no siga aferrado a, como tu dices la negación de la negación.
LLeva implicaciones, responsabilidades y quizás todo esto no sea más que palabrarería que se va a ir al averno, nada más saberte de nuevo, no lo sé. Pero hoy mi decisión es caminar hacia mi sueño, hacia mis metas, hacia mi tranquilidad.
Sabes lo que no tengo que decir, lo bueno que lo sabes.

1 comentario:

Venus dijo...

Que triste y doloroso es sentirse así, es como vivir sin vivir, respirar por inercia, sentir que el corazón pesa más que cualquier cosa, que traes un lastre a tus espaldas... Si, en ese momento es desgarrarte el alma con cada pensamiento.

Que feo es sentirse así... Espero en este momento no lo sientas tanto como esta escrito aquí...

2Besos!