Mis pensamientos son los q ue no se detienen, vuelan vertiginosamente en un remolino constante e incansable. Mis sueños se pueblan de este torbellino que no parece cesar en ningún instante. Toda esta vorágine de información se procesa rápidamente y de pronto entran nuevas fichas al juego. Mi mente es el centro de un caos que silente se apodera de mi sueño y lo convierte en insomnio recurrente. Ahora que lo sé, es más fácil encontrar soluciones y no buscarlas donde no las hay.
A fin de cuentas, el caos no es otra cosa que el preludio al orden.
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