¿Qué estamos haciendo con nuestra vida? Quizás estés muy ocupado con tu trabajo y a eso le dedicas una tercera parte de tu día, otra tercera parte la ocupas en dormir y el resto se nos va en traslados, comidas y quien sabe en que tantas cosas que no recordamos. La rutina se ha apoderado de nosotros. Vivimos para trabajar.
Ante este escenario tan poco atractivo ¿Qué nos queda hacer? Tenemos que devolvernos al momento en que elegimos nuestra profesión. Todos recordamos aquella materia olvidada en la secundaria o a la consejera vocacional que servía más de psicóloga y confesora que de una real consejera de vocación. Quizás muchos de nosotros pensamos que si hubiéramos estudiado esto o me hubiera dedicado a esto otro, las cosas serían diferentes y quizás si. Diferente no es necesariamente mejor, pero queda siempre la duda.
Aun es tiempo de hacer algo al respecto, igual si tienes pocos o muchos años. Busquemos dentro de nosotros ese emprendedor oculto, quizás por los miedos, quizás por nuestra familia, por nuestra desidia, seamos algo que nos haga disfrutar de la vida, algo que nos dignifique, porque de esta manera podremos aportar mejor para que nuestros seres queridos salgan adelante de la mejor manera, para que podamos vivir en un mejor entorno, en un mejor país. El cambio es de adentro hacia afuera. Porque es posible, hagamos esta búsqueda para lograr lo que queremos. Con entusiasmo, con actitud, lo que logremos sea insignificante para otros, será enorme para nosotros. Y así paulatinamente nos veremos como personas realizadas en algo que nos apasiona realmente. De eso se trata la vida, de aprovechar nuestras aptitudes, nuestra pasión para poder mover un poco la historia de la humanidad. Así nacen los grandes hombres y mujeres, con un sueño.
¿Cuál es tu búsqueda?
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