Cae la tarde y empiezan a sudar tus manos. Sabes porque. La hora de la cita está cada vez más próxima y no pudiste de nuevo tener el valor para hablar. Decir las cosas. Expresar de una buena vez lo que sientes. Te metes bajo la regadera y te das un baño rápido, de igual forma te pones tu ropa y apenas y tocas tu rostro con maquillaje. Estás a punto de salir así y una última mirada en el espejo te devuelve un rostro natural, como el que él adora. Te sientas de nuevo y te maquillas mucho más. Sonríes. Es tu pequeña venganza.
Suena el timbre y cierras los ojos al mismo tiempo que suspiras lentamente, te tomas el tiempo para levantarte y caminar hacia la puerta. Nada es igual que antes, abres la cerradura y ahí está sonriéndote, feliz de estar de nuevo contigo, de verte, de saberte. Simplemente te ama... aunque tú ya no.
1 comentario:
mmmmmmmm, busqué las palabras para describir lo que me inspiró este escrito, puesto que me gustó en demasía, y sólo una una palabra vino a mi mente, delicioso, no se porqué, pero esa palabra es lo que me hizo pensar y senitr, me gustó mucho. (es como si lo hubiese saboreado con el paladar)
felicidades señor, a veces Usted escribe muy bonito...
lunita...
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