Nunca quise ser un candado en tu vida. Definitivamente mi vida estaba enfocada en dejar que tu individualidad se juntara con la mía en tu terreno, con tus reglas. Claro que buscaba la coincidencia plena, esa que nos llenó tantas veces de felicidad, que ahora entiendo que para tí era efímera, cuando para mí era absoluta.
La razón me dice que debo entederte, así, tal cual. Cualquier intento de cambio es inútil. Tú ya decidiste y tu decisión no me incluye. Piensas que yo forcé la situación. Que quería algo más. Quizás haya algo de razón, pero no pedía un papel o un compromiso, ni siquiera quería nada que no fuera lo que teníamos. Ahora entiendo que quizás mi error fue amarte demasiado y la ironía que esto representa, porque, ¿Sabes? Te amo mucho más ahora que nunca y lo irónico es que, aparentemente este amor fue lo que hizo que tú simplemente te fueras lejos de mí.
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