Las épocas de cambio son etapas llenas de ansiedad, pero también de esperanza. Sumergirse en los cambios es entregarse usualmente a un sueño, a una meta, a un objetivo específico que de alguna forma lo hacemos tangible para poder atraparlo.
Es importante mantener las actividades de todos los involucrados en una misma dirección, en una misma motivación. Es vital ser claro en lo que se persigue como meta final para que todos de manera individual aporten para lograr alcanzar dicho objetivo. En este proceso la incertidumbre está a flor de piel, el miedo al cambio, la adversión a lo nuevo, la incomodidad que representa, la apatía y otros pretextos son los principales enemigos de las innovaciones.
Pero cuando la oportunidad y la factibilidad de un proyecto amerita cambios, ya sea que estos sean provocados por el entorno social, económico, o de simple reestructuración interna, debemos de poner atención en el principal activo de nuestras empresas: nuestros colaboradores. Si trabajamos primero en su persepción de las situaciones, de las bonanzas que esto traerá, llevamos un buen camino recorrido hacía el éxito de nuestras acciones.
Cambiar no es malo, hacerlo sin considerar todos los factores o imponerlos sin explicación de por medio, puede llevarnos a un problema sumamente caótico que dificilmente nos permitirá avanzar o regresarnos a lo viejo, quedándonos en una especie de limbo productivo el cual requerirá de un esfuerzo mucho mayor y definitivamente innecesario.
Regresemos al origen de la adminitración, planeación. La planeación nos permitirá sin lugar a dudas considerar todos estos aspectos que nos darán garantías para alcanzar optimamente y sin rasguños el éxito de nuestro proyecto de cambio.
Es hora de analizar nuestros proyectos y verificar si debemos cambiar algo y no hablo de las empresas nada más, esto aplica también para nuestra vida personal.
¿Hay algo por cambiar? ¿El cambio nos va a hacer mejores?
2 comentarios:
todos los cambios son buenos, nos traen nuevas diciplinas, nuevas oportunidades, nuevas cosas, hay que estar siempre dispuesto al cambio...saludos
Continuamente debemos estar cambiando, o mejor dicho, mejorando, de lo contrario seremos unas personas mediocres por completo; además la mejora continua nos hace incrementar nuestro valor tanto intelectual, moral y personal.
Venus
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