Inicia de nuevo otra semana, y casi casi se acaba el mes de abril, es increíble la vertiginosidad del tiempo cunado uno llena sus días de múltiples actividades.
En estos días pasados han acontecido hechos que me han puesto a reflexionar. Primeramente, el papá de una gran amiga Ana Verónica, sufrió un aparatoso accidente que lo postró en el hospital y estuvo ahí más de una semana, afortunadamente, a pesar de lo grave que estuvo el accidente, su recuperación ha sido, gracias a Dios, más bien rápida. Aun quedan varios días de atenciones y cuidado, pero de acuerdo al pronóstico de los médicos va en franca recuperación. Esperemos que muy pronto todo vuelva a la normalidad en casa de mi amiga.
Esto me puso a meditar sobre los accidentes y nuestra negación automática de que a nosotros jamás nos va a pasar nada. Si bien es cierto que la mayoría de los accidentes ocurren por descuido u omisiones, nada nos hace inmunes a ello, incluso si pensaramos que quedarnos encerrados en casa es lo más seguro, les tengo una noticia, el hogar es el principal escenario donde ocurren los accidentes. Otro dato interesante es el hecho de que en un alto porcentaje la culpabilidad del accidente no recae en el más afectado. La culpa es del descuido de otros.
En resumen, creo que debemos de estar prevenidos y ser más cuidadosos en lo que hacemos, asimismo, pensar en adquirir un seguro de gastos médicos no estaría de más, que en este caso son una buena inversión para nuestra seguridad y tranquilidad financiera.
Otro de los hechos de la semana que me llamó a pensar, fue el cometario de una gran amiga sobre la ausencia de participación en general de los mexicanos al momento de unir voluntades. Mencionaba el caso de los homicidios de género en Ciudad Juárez, que le parecía increíble que nadie hiciera nada al respecto, entre otros variados temas que le parecían y eran de verdad injustos.
Sin embargo, me pregunto, ¿Cuántas personas piensan como ella y no hacen nada, absolutamente nada?
Y es que está bien tomar conciencia de las cosas que ocurren en el país y en el resto del planeta, pero también es una postura cómoda el decir y quejarse y no hacer nada tangible. Es más bien díficil encontrar el tiempo para hacer la diferencia, creo que por este motivo existen los denominados líderes. Ellos son los que se encargan de tomar la batuta y empezar a mover a la gente, no necesariamente son los de las ideas geniales, esas salen del mismo entorno del líder. Creo firmemente que todos tenemos algo de líderes y que algo lo ha mantenido oculto dentro de nosotros y que en ocasiones sale, pero como no lo identificamos no sabemos que hacer. Pero en otros surge y nada lo detiene, incluso hay casos en que su vida privada pasa a segundo término cuando la causa es más grande que su propia vida.
El mejor consejo que le puedo dar a mi amiga, y que conste que no la estoy criticando, es que empiece a hacer más cosas prácticas en pro de sus creencias.
Y la invitación general, hagamos algo por las causas que creemos, mínimo hablemos de ellas con nuestro círculo de influencia, amigos, compañeros de trabajo, familia, quién sabe, quizá alguno de ellos se le ocurra una gran solución y saque al líder que lleva dentro.
Demasiada densidad para un lunes. Nos reportamos pronto. Saludos.
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