No alimentes al poeta

No alimentes al poeta, que cansado está de esperar por el maná de tu presencia,
no dejes que beba nunca más del dulce néctar que emana generoso por tu alma,
olvídalo en la inanición que se pega a sus huesos y piel en un apetito inmóvil,
Deja que muera el poeta en su búsqueda antigua y ociosa de tu amor imposible,
porque la guerra está perdida antes de iniciar siquiera las estrategias...

Y en la memoria la silueta del poeta que se aferra a recuerdos vívidos de ti,
en tus recuerdos vivirán por siempre cuanto dure la llama encendida de pasiones,
que aunque ajenas tú las sientes como propias y enajenan tus caricias nuevas,
es mutilación de un futuro que no será igual siempre por los cambios rutinarios
Fríos y oscuros serán entonces los caminos que te lleven de nuevo con el poeta,
cuando éste esté en este otro caminar distinto de encuentros preparados para ti.

No alimentes al poeta que su ego engrandecido no te dejará una sola gota de rocío,
no le digas nada qe se considere propio porque de ti depende y sólo es tuyo,
no alimente nunca más a ese necio poeta que te trata como musa de su propiedad,
cuando tu no le perteneces a nadie, nunca le has pertenecido, ni siquiera, a ti.