Navidad. Todo mundo anda en revolución, todos andan alborotados por la próxima "posada". Es un sentimiento dividido en mí. Por una parte quiero ser parte de esta algarabía, por el otro quisiera tener un poco de paz y tranquilidad. Poder ver a mis amigos y platicar, ponernos al día. Hay tantas cosas que contar... El detalle es que hasta ellos andan en el viaje vertiginoso en que nos lleva el marketing decembrino y platicar es una pérdida de tiempo. Las posadas son, para ellos, fiesta total. Insisto, quisiera subirme a ese viaje, pero no puedo, lo he intentado y realmente no he podido hacerlo, me siento agotado, sin ánimo. Espero que esto cambie ya, porque quiero estar en la misma frecuencia.
Claro que todo esto tiene que ver con la situación económica actual, donde la falta de liquidez está haciéndose cada vez más y más tangible. Aunado a la gran cantidad de compromisos profesionales y el estrés de cumplir con las metas y los compromisos.
Cuando la retribución no es justa, ya sea por la situación imperante en el mundo económico o por situaciones locales, el resultado es el mismo: desánimo.
Sé que tengo muchas cosas que me animen, de hecho lo hacen, me llena de orgullo lo logrado y me llena de felicidad mi vida como se está acomodando. Pero aún así, el cansancio le gana a todo esto. Necesito con urgencia que alguien me saque de esta pausa y me enseñe el camino a vivir con intensidad estas fechas tan ricas emotivamente.
Por lo pronto, el detectarlo y reconocerlo es el primer paso, ¿No creen?
Feliz Navidad a todos, a disfrutar las posadas...
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