Transitar, simplemente hacerlo no tendría que ser algo complejo.
Cada instante, cada minuto, nos brinda la oportunidad de hacer o no algo,
Libre albeldrío: Yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal” (Deuteronomio 30:15), (y no con esto estoy diciendo que veremos temas religiosos, no lo haremos de manera profunda, sé que de política, religión y fútbol no hay un acuerdos totales) pero que interesante que todos y cada uno de nosotros tenemos diariamente la oportunidad de cambiar la vida y no nada más la nuestra, la de la gente que nos rodea. Permítanme ilustrarles una anécdota que ocurrió hace poco tiempo, estando en el centro de la ciudad, frente a la librería Crystal, estaban dos muchachas "normales", no eran la gran belleza, a decir verdad, ni siquiera las había notado, no eran modelos que llaman la atención cuando las ves; pues bien, curiosamente pasaban carros y les tiraban besos y algunos les decían piropos, curiosamente ellas se sonreían y se veían felices por esas actitudes que despertaban en algunos automovilistas, ¡les alimentaba el ego!
Si ese es el efecto de un piropo, empezaré a hacerlos más seguido. No nada más un piropo, un mensaje, una llamada, una visita, una carta, un mail personalizado... y con la gente cotidiana, un abrazo, un beso, un te quiero, una comida compartida, una palmadita en la espalda, un dulce, una sonrisa, una ayuda, una palabra, una acción, algo tan simple que hará cambiar su vida y enriquecerá la tuya. Suena interesante, ¿No? tenemos la libertad de elegir, de escoger, de cambiar, ¡Hagámoslo!
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