Que curioso estar así,
que la línea de la vida nos lleve
a jugar con el desamor
cuando el juego era amor.
Como cuando sin pensar ya no te pienso,
como granos de arena movidos por el mar;
tantos pendientes, tantas jugadas,
cuantos proyectos juntos por hacer.
No es que me duela, ya no te siento,
más como hacerlo sin latidos en el corazón,
como le aviso a mi piel de ti, si no estas más.
De repente las risas y todo se apagó,
el silencio se apoderó de nuestra voz
hasta el nombre de tu nombre, la razón,
la costumbre, hasta eso se gastó.
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