miércoles, septiembre 19, 2012

Perdido

Estoy aquí. Perdido.

No alcanza la luz del sol a entrar por la ventana. Esas gruesas cortinas rojas, dan un siniestro tono a toda la habitación. No me encuentro. Mis dedos se deslizan velozmente sobre el teclado como intentando lacerar lo más posible cada una de las letras que componen las frases que se suscitan una a otra como bombardeadas desde la desesperanza y el coraje, más bien impotencia de no poder cambiar los acontecimientos que hasta hace unas horas no provocaban nada.

Errores, esos se cometen a cada rato. Pero lo inadmisible es que por una tontería se vaya todo al infierno sin razón aparente, pero todos sabemos que eso no ocurre, todo tiene su razón de ser. Es nuestro aferramiento a querer controlar otros pensamientos, otros actuares, eso es lo que nos convierte en seres manipuladores, primero de nosotros mismos y después de nuestro entorno.

Hoy, en mi conciencia pesa el hecho de no poder ser más sincero para decir las cosas como son, sin importarme las consecuencias de los actos pasados, a fin de cuentas, ya el pasado ocurrió y no hay nada que podamos hacer por ello.

Ahora, el presente es nuestra responsabilidad, ni siquiera hay que pensar en el futuro, porque ese lo vamos formando con nuestras acciones diarias, en cada momento. Si esto funciona así, quiere decir que los errores que ahora tienen consecuencia, el ayer, osea, en el pasado que se cometieron, no tenían relevancia. Lo que nos lleva a nuestro presente, donde el conflicto derivado del pasado, el día de mañana será parte del todo, de eso que vamos a vivir. De ahí deriva la importancia que adquiere el desenlace de un error pasado en este momento.

No voy a intentar evadir la responsabilidad de lo que pasó, simplemente quiero dejar patente el hecho de que me siento perdido, ajeno, sin posibilidad de réplica, puesto que ésta sólo me llevaría a un escenario donde nada puede cambiarse y que, esto derivará en una memoria más sobre lo que es y no sobre lo que debiera ser. Clarificando, nada de lo que haga cambiará el pasado, lo que haga hoy, será una etiqueta más, una manera de magnificar el error del pasado, para en el futuro, cuando sea el nuevo presente, sirva para recordarlo más fácilmente. Lo mejor que puedo hacer es dejar que la otra parte en conflicto tome sus decisiones y aceptar lo que a mi me corresponde. Quizás eso es lo que hace sentirme así, ya que las decisiones de terceros que nos afectan, difícilmente podemos cambiarlas, sólo podemos aceptar y seguir, o más bien dicho, intentar seguir adelante con el menor daño posible a lo que somos como personas, con el menor impacto en nuestras emociones y tratando de entender el porque de las cosas.

En este punto, sigo perdido, porque la resolución de todo esto, deriva en situaciones que ninguna de ellas me agrada, en lo absoluto. De cualquier manera, estoy perdido. Aunque me lamente, aunque minimice el hecho, aunque le baje el cielo, las estrellas o le de un palacio. Nada hará que cambié el hecho. Sólo ella puede y tiene el poder de perdonar y del entendimiento. Aludo a esto para seguir adelante de la mejor manera el proyecto. Sino, como lo dejó ver, lo mejor es terminar con todo desde ya. Sí, aunque sé que esto no es lo que quiero, si esa es su decisión, deberé de aceptarla y quizás entonces, y sólo entonces volver a empezar y hacerle ver que esta historia es mucho más grande que cualquier error cometido. 

Quizás esté haciendo un drama de algo que no tiene tanto que ver, pero saben, así me siento, así estoy y es terrible sentirse así. Perdido. Completamente perdido... Cielos.

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