sábado, marzo 19, 2011

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En el intento de reducir mis creencias y reestructurarlas me topo con la situación que no es tan sencillo como el intento mismo. Es toda una vida haciendo las cosas para que funcionen en un sistema que no ha cambiado nada y sin embargo aparenta ser distinto.

¿Para que cambiar si las cosas están funcionando? ¿Porqué intentar cosas nuevas si las del pasado están dominadas? ¿Para que esforzarnos por algo que no sabemos a donde nos lleva? ¿En realidad de que trata todo esto?

Son las primeras preguntas que cuestionan la pretendida seguridad que otorga el creer todo lo que nos han programado. Las respuestas se niegan a fluir, pero ahí están. Se empieza a integrar el todo en una vorágine enorme y el solo hecho de pensar en ello, en todo lo que circula alrededor de mi persona me lleva a darme cuenta del enorme potencial energético que poseemos y del cual somos responsables.

Somos millones de personas que podemos cambiar el entorno inmediato con sólo darnos cuenta que lo que nos han dicho ha sido un control para minimizar este poder que se nos ha otorgado. Se antoja increíble entenderlo, se ve imposible y en esta imposibilidad está implícito la pesadez del sistema de creencias que nos han implantado. El despertar es la pequeña primera parte de un enorme proceso de análisis y de introspección.

Hoy es un inicio. No mañana, hoy.

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