De pronto todo tuvo sentido, amanecía y el sol tímidamente se asomaba en el horizonte y como quién despierta de un sueño reparador emergió súblime, mientras iluminaba la ciudad y ésta empezaba a despertar del breve letargo de la noche, a la par, mi mente amanecía para clarificarme que mi destino estaba intrínsecamente ligado a ti.
Ahora no tienes posibilidad de evitar que te ame, ninguna.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario