Adiós

Alejada, asonante, silente, irrespetuosamente quieta, pasiva...

Nada he podido hacer para sacarte de tu blindaje
ese que disfrazas de misterio y de vergüenzas,
ese que hace que mi fuerza y mi ánimo muera cada día.
Nada he podido hacer para dejar de mirarte tan distante,
tan ajena a todo lo que lleve mi nombre.

¿Porqué tuve que enamorarme de un fantasma?
Atravezar paredes como pasatiempo,
por diversión destrozar corazones que cautivas
con tu mirada, con tu sonrisa, con tu quiero pero no sé...

Con un: Gracias, no, dejaste sellada para siempre la puerta,
esa que quería ante todo abrir y que no quisiste, así de simple,
así de llano, así de básico, así también como me enamoré,
ahora me desenamoro y te digo simplemente...

Adiós...