jueves, agosto 16, 2012
Caminemos juntos
Soy un hombre simple, básico, práctico a más no poder. Para algunos efectos puede parecer pueril mi actuar, pero eso es porque la vida me ha llevado a entender que hacer las cosas como un niño es la mejor manera de aprender de ellas. Sin embargo, en el amor, quiero ser lo que soy, un ser completo. Para lograrlo es necesario ser un niño con la madurez de un adulto, me explico. Al amarte, quiero descubrir cada detalle de ti, con la inocencia con la que un infante descubre el mar por primera vez, no entiende la bastedad, su sabor salado, su ruido incesante y su cambiante y siempre igual forma de las olas, así es cuando me encuentro con tu sonrisa, con tu mirada, con tus besos, con tu calor, no existe forma de entenderlo todo de una sola vez, debo ir por partes, conociendo todo y a la vez, saber que siempre será diferente.
Eso es lo que me gusta de amarte, saber que cada día tus olas serán diferentes, que el sonido de tu risa tendrá un matiz de primera vez para mi y quizás lo más importante sea que no me alcanzará la vida para completarte, en ese tiempo encontraré junto a ti, la felicidad, una felicidad completa, auténtica, que nos llevará en un mágico viaje que empezó desde el primer momento que nos encontramos. Si, lo sé, al principio fue caótico, inesperado, pero conforme el tiempo hizo su labor, descubrimos que lo que más queríamos era estar juntos para siempre. Ya no hay dudas, el amor llegó para quedarse y aquí estoy, entregándome como un niño, en mi adultez, sólo para ti. Esto soy y me gusta lo que haz hecho de mí.
Te amo Viridiana, te amo para siempre. Vamos a formar una familia donde viva la luz, la alegría, la paz, el disfrute de las bendiciones que Dios nos brinda cada día, cada momento. Toma fuerte mi mano y caminemos juntos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario