lunes, agosto 27, 2012

Para siempre


De pronto todo fue claro. Sabía que las cosas no eran fáciles, así se veía venir, así es la vida. Atreverse a contrariar el orden natural de las cosas era su filosofía, nunca cambies, le decían todos. Pero los cambios siempre se suceden, unos forzados, otros sin querer. Ahora era una realidad, el amor estaba ahí, no avisó y simplemente se presentó.

Que diferente luce todo tras el dulce néctar de la ambrosía, dichosos los que fueron invitados a probarla. Él no creía en el amor, eso no existe, repetía constante y en cada oportunidad, el amor es conveniencia. Y en una parte muy íntima quería creer que todo lo que decía era así, aunque en realidad, nunca había estado realmente enamorado. Era como si el sabotaje fuera lo que lo motivara a declinar. Ahora no había tenido la oportunidad de escapar, aunque, siendo sinceros, nunca tuvo la intención de hacerlo, huir no era opción. Quería saber que era esto que lo envolvía todo y lo descubrió.

Los primeros días pasaban con una lentitud asombrosa, sobre todo cuando no estaban juntos, deseaba sobre todas las cosas, incluso sobre sus más básicas necesidades, el estar con ella. Lo interesante y afortunado era la correspondencia del amor. Era un amor compartido, así fue desde el principio, aunque se negarán ambos, así fue. Los días de manera rápida hicieron meses, y estos se transformaron en años. Era increíble, cada vez era mágica y diferente. El sólo hecho de encontrarse los hacía sentirse dichosos, amados.

No todo fue miel sobre hojuelas, en un principio su humanidad se hizo presente y cometieron errores, con tal fortuna que ninguna de esas equivocaciones mermó el amor, quizás un poco la confianza, pero el amor siguió creciendo. Los retos fueron cada vez más difíciles, como en toda relación, pero no había nada que no pudieran vencer. En eso estaban, en la etapa de consolidar lo que el noviazgo de casi tres años había hecho por ellos. No se imaginaba que las sombras seguían acechando, como pensar en eso, si cada día les sonreía y les llenaba de alegrías.

Nada es eterno y los detalles mermaban el entusiasmo, poco a poco la duda se infiltró y logró colocar una pequeña espina cerca de sus corazones. Poco a poco, esa incomodidad la atribuyeron a mil cosas, pero querían seguir caminando juntos, eso no era el problema. ¿Cómo salir de este sentimiento tan pesado? La respuesta tardó en llegar, pero como en todas las historias, al final sucede, un detalle, casi imperceptible, hizo toda la diferencia.

Las memorias eran sólidas, tanto que sirvieron de luz para llegar hasta la astilla y su sombra que empezaba a crecer. Recordar cada momento compartido, realizó el milagro. De pronto, todo fue claro, el amor estaba ahí, habría que tomarlo, y sin más, eso hizo, sin necesidad de palabras, tomó todo el amor que pudo y lo depositó en un abrazo fuerte, sincero, y sus labios hicieron el resto, la entrega fue total. Las dudas no tuvieron otra opción que despejarse y ahora, no hay otro camino que quieran caminar juntos, más que aquel camino que iniciaron en el momento mágico donde se conocieron y supieron, sin saber, que estarían para siempre juntos y amándose para siempre.

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