Inseguridad

Hermosillo ha sido tipicamente una ciudad tranquila, un pueblote dirían todavía muchos, donde la convivencia entre vecinos es en la mayoría de los casos de camaradería y social armonía.

Los hechos violentos de los últimos días nos han dejado paranoícos, temerosos, con una sensación de vulnerabilidad que sólo se compara a lo que uno siente en un barrio bravo del distrito federal o en un barrio de esos conflictivos de la ciudad a medianoche. Ahora esa sensación es en toda nuestra ciudad. Estamos secuestrados en ese sentimiento de impotencia de un secuestro.

En realidad están secuestrando nuestra tranquilidad, nuestra forma de vida y el pago por recuperarla aun no lo han mencionado, pero creo que es tan alto y aun cuando lo pagaramos el trauma postsecuestro es imposible de borrar, por más terapias que hagamos. La otra es ignorar los hechos, cosa que prácticamente es imposible, dado que cada vez es más seguido y se nos acercan demasiado estos eventos que trastornan nuestras actividades cotidianas, haciendo que el temor se apodere de nosotros al ver un automóvil sin placas, alguna persona "sospechosa", incluso si vemos a algún elemento de serguridad pública, el que fuese, lo repelemos naturalmente, como si se tratase de alguien afectado.

No sé si es el efecto cucaracha, no sé si realmente las autoridades no tengan idea de como combatir estas acciones que estan mermando peligrosamente el correcto funcionamiento de esta antes tranquila capital, no sé si poniendo mil elementos en cada esquina sería una solución a la problemática actual, específicamente hablando de seguridad. Estoy seguro que cuando alguien se propone tomar la vida de otra persona, por más precauciones que se tomen, logrará su objetivo.

Creo que es insensible la autoridad para con los ciudadanos, su deber es mantenernos informados sobre todas sus acciones y demostrar fortaleza ante estas situaciones, definitivamente demuestran que están rebasadas las instituciones encargadas de guardar el orden, quisieramos ver que hacen algo, acción, es lo que necesitamos, acciones que demuestren que están en el camino de lograr controlar esta ola violenta que esta dejando un sabor amarguísimo en las bocas de todos nosotros.

Por otro lado, no soy de la idea de guarecernos en nuestra casa, evitando llevar nuestras vidas de forma cotidiana, los niños tienen que ir a la escuela, tenemos que trabajar, tenemos que seguir en movimiento, la vida es tan corta que no podemos darnos el lujo de perder nuestros días en el temor. Claro que debemos evitar circunstancias que comprometan nuestra seguridad, sin caer en extremos que nos limiten como seres libres y felices.

Cuidemos unos de otros, cedamos la seguridad y exijamos a las autoridades que atiendan nuestros llamados, ante la sospecha de que exista la posibilidad de que se lleve a cabo un acto violento. Hay que marcar el 066 ante autos estacionados en nuestra cuadra que denoten alguna actividad sospechosa, quizás podamos evitar que alguien haga algo ilícito, quizás provoquemos molestías que no podemos llamar innecesarias ya que el costo de una vida bien vale la pena.

Por lo tanto, estoy de acuerdo en las acciones de instalación de retenes, revisiones de personas y sus antecedentes, cateos de domicilios con denuncias, pero claro, todo esto apoyado por órdenes giradas por un juez y nunca arbitrariamente, siguiendo con los preceptos de nuestras leyes para la sana convivencia de la sociedad.

Con la esperanza de que pronto recuperemos al Hermosillo de antes, encaminado hacia la modernidad, en una búsqueda de convertirse en una ciudad de primer mundo, compitiendo en calidad de vida en alternancia con su desarrollo urbano en perfecta armonía. Sinceramente en lo que a mi respecta no permitiré que me roben mi tranquilidad, estoy dispuesto a poner lo que me toca para regresar a que llamen a mi ciudad, un pueblote.

¿Me sigues?