Odio odiar, odio que la gente ponga etiquetas a la gente, sin tener un sustento para hacerlo, odio el tener que tolerar que la gente interprete a su antojo y casi siempre a su conveniencia lo que expreso, odio tener que dejar mi vida por vivir mis anehelos, mis sueños, tan bien que podrían complementarse, odio saber que no estas aquí pegadita a mí, aunque siempre te respire en el aire y te sienta en el viento, es tan desdichado el proceso de odiar que por ese simple hecho lo odio.
Odio tener que dejar las cosas que me apasionan, ¿Porqué? ¿Realmente tengo que dejarlas?
Odio la indecisión, la injusticia, la cobardía, la tiranía, la envidia, la pereza -sin razón-, la dejadez, la inercia, las cosas a medias, la incomprensión, la intolerancia, la humillación, la culpa... odio tener que odiar, porque es practicamente imposible hacer lo contrario con todo esto.
Prefiero millones de veces amar. Amarte, amar el amanecer, tus horas y mis horas, el temor desvanecido, la claridad, la certeza, lo blanco, el amor mismo, eso es lo que yo más amo.
Pequeña princesa, simplemente te amo.
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