Ahora que estoy forzando mi cuerpo a sobreponerse al cansancio de varios días de mal dormir y desvelos, es claro el esfuerzo que me toma estar bien y seguir siendo productivo. Supongo, nada más lo supongo que es la edad que me está cobrando una factura por todas las malpasadas de mi vida.
Definitivamente no es lo mismo tener veinte años que veinte años después. Debo de reconfigurar mis esfuerzos para poder sacarle mejor provecho a la vitalidad.
Revisaremos mi suplementación y algo haremos, porque estoy joven aún. Que son 43 años... la mitad de mi vida, si Dios quiere.
Bendiciones y a cuidarnos, que no es fácil encontrar refacciones para los modelo 71.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario