Si me dejo guiar por la intuición, mi razón se alerta y me altera mi emoción. Es complejo, pero no debería, simplemente hacemos lo que debemos de hacer. Si hago cualquiera de las opciones tiene una consecuencia, aunque unas son peores que las otras, al final, la responsabilidad recae en quien decidió, como si realmente importara.
Haré lo conducente, lo que se pide, lo que aparentemente debe de ser, iré en esta ocasión en contra de lo que mis sentimientos y mi razón dictan. Veremos que pasa, que por supuesto esperemos que esto sea lo mejor y que traiga un desenlace maravilloso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario